AGUJERO DEL DIABLO (Cataratas del Niágara) by Margarita Feliciano

        Las hierbas mustias rompen su crisálide,
        sus verdes apagados brillan entre las rocas,
    aún se oye en el viento el aullido del hielo.
                          Las aguas allá abajo
                vertiginosas giran sus despojos,
           mientras la niebla asciende
           hacia la desmemoria del tren funicular,
        aumentando el latido de cables temblorosos
                      que avanzan hacia el fin
                        de un cielo ceniciento.

                          Y así y todo, algún día,
        habrá también narcisos y otras flores
                          en este triste sitio;
               flores ajenas a mi vida de antes
             cuando el río indecible
                     fluíacon suavidad en la miel de su sueño.

        Y a través de los años retornaré a este sitio,
        siempre vendré luciendo una sonrisa
                       -diminuta y modesta-
                       esculpida en mis labios
                       cual signo de pregunta

Source: The Author, 2001


Comments

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

%d bloggers like this: